jueves, 20 de septiembre de 2012

Voyeur


Soy un exhibicionista.

Empezando por ahí, voy bien, reconocerse a uno mismo, saber de qué pasta estás hecho, cuáles son tus vicios, donde están las puertas que abrirán el caos de sensaciones que te llevan a sentirte vivo. Una de esas puertas está ahí. Prometí que lo haría antes, lo sé, pero no he encontrado el momento, o quizá más la inspiración. La perdí el día que cerré aquella otra puerta que cerró todas las demás. Ahora abro mi ventana para ti. Tu eres el aire fresco, eres la imaginación, la vida que entra a raudales como el sol en las tardes de invierno, inundando con tu frescura cada poro de mi piel. Necesito beber de esa fuente. Necesito de ti, quiero que desees, que imagines, que como buena voyeur, excites tu mente con esas imágenes, y dejes que beba de ellas. Correré el velo que separa tu imaginación de la realidad, y haré que seas voyeur de verdad, que sea mi cuerpo el que imagines, que sea mi vicio el que disfrutes.

Imagina, di, sé tú la guionista esta vez. ¿Quieres?.

Quiero exhibirme sólo para ti.

martes, 18 de septiembre de 2012

Te comería a besos, si...

Millones de besos...

lentos, húmedos,
dulces, apasionados,
salvajes, calientes,
picantes, imposibles,
tuyos, míos,

boca abajo, boca arriba,
desde tus pies, a tus dulces orejas,
entre tus piernas, sobre tu espalda,
a tu lado, a tus pies,
en los labios, en tus labios,

dormida, despierta,
de pié, sentada,
ocupada, relajada,
cabreada, cansada,
contenta, feliz,

sin prisa, sin pausa,
sin querer, sin penar,
sin sentido, sin motivo,
sin miedo, sin recelo,
sin duda, sin mentira,

con amor, con deseo,
con ganas, con intensidad,
con hambre, con nata,
con agradecimiento, con calma,
contigo, conmigo,

por placer, por amor,
por gusto, por vicio,
por instinto, por que si,
por tu placer, por tu deseo,
por estar, por ser,


para disfrutar, para que disfrutes,
para sentir, para que sientas,
para gozar, para que goces,
para arder, para que ardas,
para ti, para mi, para siempre.

por amor,
por necesidad,
por vicio,
por placer.
Por Ti.

por mi,
por idiota,
por ofrecerme,
por decepcionarte,
por entenderme,
por Lealtad,
por escuchar,
por obediencia.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Sin palabras...

O mejor dicho, con ellas. Palabras cortas, sencillas, pero que salen del fondo del corazón, de lo más profundo de un corazón. Hacía mucho tiempo que no se me ponía la piel de gallina y una canción me hacía llorar.


I can't win, I can't reign,
I will never win this game,
without You, without You,

I am lost, I am vain,
I will never be the same,
without You, without You,

I won't run, I won't fly,
I will never make it by,
without You, without You,

I can't rest, I can't fight,
All I need is You and I,
without You, without You,

Can't erase, so I'll take blame,
but I can't accept that we're estranged,
without You, without You,

I can't quit now this can't be right,
I can't take one more sleepless night,
without You, without You,

I won't soar, I won't climb,
If you're not here, I'm paralyzed,
without You, without You,

I can't look, I'm so blind,
I lost my heart, I lost my mind,
without You, without You,

I'm lost, I'm vain,
I will never be the same,
without You, without You.

Placer o supervivencia.

Encontré esto por ahí hace ya tiempo. Me llamó la atención esa expresión.



A mi entender es algo dulce, eso de comerse, todos lo asociamos con algo dulce, sabroso, con algo que nos encanta comer, generalmente dulce eso si. Pero yo que últimamente tengo demasiado tiempo para pensar, me da por ahí, y busco lo que probablemente no haya, y sin embargo hallo. Esa expresión me sugiere cierto canibalismo, una vuelta a los orígenes de nuestra más ruda y salvaje naturaleza, cuando el hombre no era más que un animal más entre tantos, y su supervivencia dependía de eso, de comer. Y rizando el rizo me da por seguir pensando, vaya que novedad, que en mi situación, esta expresión, o mejor dicho esa segunda interpretación, me viene que ni pintada. Necesito comerte a besos. No por gusto o por placer, que si, sino para sobrevivir.

¿Y si te como a besos?. ¿Te dejarías?.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Mi única alegría

Este es Goetho, el único que me da alegría cada día. Es cojo de una pata, y muy cariñoso, creo que le gusto porque siempre que hago la pausa de las 11 para almorzar y fumar un cigarrito, se me acerca y suele estar conmigo. No todo iba a ser malo.


Aunque echo de menos a mis gatos y mis perros, Goetho es una alegría.

Dia Cero

Veo las sombras de algunas palabras,
me miran, me culpan, señalan,
me arañan con rabia al volar,
no volverá a pasar.



jueves, 13 de septiembre de 2012

Lecciones I



Paseaba tranquilamente por el pasillo hacia el baño, su figura era magnífica vista desde mi posición, sus hombros delicados, el contorno de su espalda descendiendo hasta su cintura en perfecta simetría sintonizando con sus caderas y su perfecto y maravilloso culo enfundado en esa corta falda, continuaba con sus muslos bien formados, unas delicadas rodillas de princesa, los gemelos poderosos sin exageración, en su justa medida y terminando en unos tobillos cristalinos, alzados sobre aquel ligero tacón de sus zapatos. Imponente. Eso pensaba mientras fugazmente y contra sus propias instrucciones alzaba ligeramente la mirada hacia Ella, de reojo, intentando captar todos los detalles, encendiéndome por dentro a la vista de aquel espectáculo para mi vista. 

Gracias a dios, no se dignó a mirarme, de lo contrario hubiera recibido una buena dosis de la fusta que llevaba en la mano en ese momento, por osar desobedecerla. Entró en el baño y se subió ligeramente la falda, se sentó en el váter y abriendo las piernas me miró mientras a la puerta a cuatro patas esperaba.

- Mírame, mio.

Obedecí inmediatamente, no por miedo a su cólera si no obedecía sino por el deseo que tenía de poder admirarla, y el espectáculo que se me ofrecía no era para menos. No llevaba bragas ni tanga, su coño perfectamente depilado salvo por esa franja vertical, como señalando la fuente de su placer, una especie de recordatorio hacia mi de donde debía aplicar absolutamente todos mis esfuerzos si de verdad deseaba complacerla, se exhibía orgulloso ante mis ojos en llamas. Sin darme cuenta entreabrí la boca y empecé a babear, poco, lo suficiente para que Ella dibujara esa pícara sonrisa tan suya.

Sé que lo estás deseando, pero no lo cataras hasta que yo quiera y lo sabes, así que deja de babear como un vulgar chucho hambriento.

Lo siguiente que ocurrió fue demasiado para poder aguantar, poniéndose cómoda, se echó ligeramente hacia delante, y de su coño empezó a salir aquel preciado néctar; yo no pude por menos que removerme por dentro, pensando el desperdicio de que aquel líquido cayera sin remedio al váter y no a mi boca como deseaba con tanta ansía en aquellos momentos. Mi espalda se arqueó e instintivamente abrí la boca y saque la lengua intentando en un desesperado arrebato, acercarme y poder disfrutar siquiera una gota de aquella fuente de su ser.

¡Plas, Plas!, en un rápido movimiento de su delicada mano, me cruzó con la palma ambas mejillas, e inmediatamente sentí el calor en ellas, aunque no dolió tanto como esperaba, había sido una advertencia.

- Perro insolente, ¿porqué te mueves? ¿acaso te he dado permiso para acercarte a mi?.

Inmediatamente baje la cabeza y me arrepentí de aquel instintivo gesto, sabía que aquello la contrariaba   sobremanera, no le gustaba que fuera tan impulsivo, aunque con el tiempo aquello no tardaría en cambiar, pero esa es otra historia.

- Estas muy asilvestrado últimamente y vamos a tener que hacer algo contigo para remediar eso, ¿no crees?.
- Si, mi Señora – contesté con la mirada fija en las puntas de sus preciosas sandalias.
- Bien, veo que no está todo perdido, al menos eres consciente de ello, eso hará más fáciles las cosas.

Se levantó y solo podía ver hasta sus rodillas, se acercó a mi, y apoyando las puntas de los zapatos sobre mis manos, me agarró por el pelo levantado mi cara hacía Ella a la altura justa y precisa.

- Ahora si. Límpiame, y que quede perfectamente limpio. No quiero tener que hacerlo yo después, de lo contrario… ya sabes.

Su orden fue un deseo para mi, sin decir palabra tal como Ella deseaba, comencé a lamer con ansia sus labios mayores, limpiando, lamiendo, deleitándome con la punta de la lengua en recorrer cada pliegue, cada milímetro de su coño, poniendo especial atención en no rozar su clítoris. No tenía permiso para ello, y temía las consecuencias de hacerlo sin su aprobación, ya había sufrido en una ocasión su cólera por hacerlo y después de aquello, en verdad fue la última vez que lo hice sin su permiso. No pude por menos que cerrar los ojos y disfrutar de aquel sabor agridulce, picante, delicioso, que llenaba mi lengua y mi nariz con su, para mi, fragante aroma y sabor. Pero el placer no había de durar demasiado muy a mi pesar.

Su mano agarraba fuertemente mi pelo y me echó la cabeza hacia atrás mirándome desde aquella posición de poder que siempre gustaba de recordarme, y volvió a sonreir, sin embargo esta vez no era esa sonrisa pícara y juguetona, sino esa malévola y sádica sonrisa que acompañaba con un entornar los ojos ligéramente y que a mi me causaba tan profunda impresión. Mi polla que ya estaba dura después de aquel delicioso regalo suyo, recibió sin previo aviso un suave golpe de su pié de princesa. Mi culo se echó hacia atrás, pero no pudo huir mas allá puesto que su mano se mantenía firme en mi pelo. Un nuevo golpe, un poco más bajo, en mis huevos atados me hizo gemir.

- Vaya, parece que tienes problemas para estarte quieto. No aprendes chucho, esto está empezando a no gustarme. Vamos a hacer algo inmediatamente.

Soltó mi pelo y mi cabeza cayó laxa a sus pies, entre sus zapatos que cada vez apoyaba con más fuerza sobre mis manos ya un poco doloridas. Cogiendo la cadena que llevaba unida al grueso collar de cuero negro que rodeaba mi cuello, comenzó a salir por la puerta del baño dando un tirón de la cadena que inmediatamente obedecí como señal de empezar a moverme y no despegarme de sus talones como a ella le gustaba que fuera. Sus tacones resonaban en mis oídos a cada paso que daba, y esta vez andaba más rápido de lo habitual, quizá para mortificarme un poco y obligarme a arrastrarme como un perro tras Ella, cosa que me costó un poco dada la rapidez con que andaba por el pasillo camino del salón.

Al entrar al salón, en el ambiente flotaba el aroma inconfundible de las velas encendidas que por doquier daban a la estancia un ambiente de mazmorra casera, una especie de salón de los tormentos medieval. Soltó la cadena y de nuevo, esta vez con la fusta que últimamente tenía por costumbre llevar, aún en el día a día, oí los dos chasquidos en mi culo, uno en cada nalga e inmediatamente el dolor subió por mi espina dorsal recorriéndome entero haciéndome apretar los dientes en un intento por no gemir ni emitir sonido alguno. Esta vez lo conseguí, pero los dos fustazos que siguieron arrancaron un tenue gemido de lo más profundo de mis entrañas. Era demasiado, solo fueron dos, pero aquellos dos dolieron como veinte. Sentí inmediatamente que habían sido dados con toda la intención y con la furia que el poder exhibe ante la indisciplina del subordinado.

- ¿Duele, mio? – dijo dulcementee.
- Ssssi… mmi… Señora – respondí con la voz entrecortada.
- Me alegro, así debe ser, veo que vamos mejorando.

Un momento después pude oír su suave risa, y por dentro me alegré pese al dolor de poder escuchar tan solo aquella melodía para mis oídos. Ella reía, disfrutaba, aún cuando estuviera enfadada con su perro por haberla contrariado, reía, y eso me hacía inmensamente feliz, me hacía sentir útil para ella, y por tanto, completo. Esa alegría hizo que me relajara, lo que me ayudó a sobrellevar el ardor que mi culo sentía en aquellos momentos. Relajarme fue un error.

martes, 11 de septiembre de 2012

Momentos I


¿Qué haces?
¿Estás sordo o qué?
He dicho que no te muevas.
Sabes que no necesito atarte.
Estate quieto de una vez.
Así, eso esta mejor.

¿Duele?.
Vaya, no sabes cuánto lo siento.
Jajaja.
Pero relájate, cuanto más tenso estés, mas te dolerá.
¡Qué color más bonito está cogiendo!.
Me gusta.

¿Quieres que pare?.
¿Por qué no dices nada?.
Vamos, puedes hablar, ¿quieres que pare?.
¿Eso es un sí o un no?.
Ah, entonces quieres que pare.
Ahora que empezaba a divertirme.

Pues va a ser que no.
Jajajaja.


Miedo I


¿Como puedo recuperarte si tú no quieres que eso suceda?



Hace ya tiempo, mucho tiempo, demasiado tiempo, que no dejo de darle vueltas a esta pregunta con mil respuestas. Desearía que aquel día no hubiera ocurrido, desearía volver a aquella mañana y volver a mirarte a los ojos, decirte que te quiero, que siempre te he querido, que siempre te querré, que no quiero vivir sin ti, que no quiero estar sino es a tu lado, que no hay día ni noche que no piense en ti. Desearía que creyeras lo que digo, que solo pienso en volver. Recoger los pedacitos de tu corazón y recomponerlos, así me lleve toda una vida, será una vida feliz.

Estoy en un callejón sin salida, engañado por quienes me quieren, frustrado por no poder ser contigo, por no poder ser yo. Estoy harto de mentiras, estoy harto de esconderme de ti. Hay días que creo que me voy a morir, que creo que nunca van a terminar, doy vueltas en la cama pensando en ti, que harás, donde estarás, y sobre todo, porque coño no estoy a tu lado cuando es lo que más deseo en este mundo.

Sé que son mis decisiones, mis errores los que me han alejado de ti. Sé que está en mi mano estar más cerca de ti, pero cada día que pasa sin saber de ti, mendigándole, rogándole a una pantalla que estés ahí, que por favor me digas hola, que lea un beso, o un te quiero, o un te echo de menos. Para mi ahora esas palabras son como el agua para el naufrago, llenan mi corazón vacío un poquito, atenúan mi sed de ti. Pero tu agua se va con mis lágrimas, de día, de noche, de repente, y me quedo vacío de nuevo. No quiero estar vacío. Tu me diste a probar la felicidad de tus propios labios, ya no puedo desear otra cosa. No sé desear otra cosa.

Si algo deseo en esta vida, es estar contigo, cerca de ti, y que tú quieras estar conmigo, cerca de mí. Y lloro en silencio por tus silencios. Por tus sentimientos que se me escapan, no puedo mirarte a los ojos y saber, no puedo oír tu voz y entender, no puedo sentir tu mano y comprender, no puedo sentir los latidos de tu corazón y vivir. Y me falta. Sí, tengo miedo, a lo desconocido de tus sentimientos hacia mí, a que ya no sea posible, a que cada día que pase olvides un poquito más que te quiero, que me muero por ti. Tengo tanto miedo que me aterra pensar en ese camino, no deseo tomarlo, quiero dar la vuelta y deshacer lo andado, volver a ti, abrirte mi alma, mi mente, mi corazón, y dártelo todo, porque si, porque quiero, porque eres tú y solo tú. Y decirte quien creo que soy.

Soy yo.

Quiero, deseo deshacer ese camino de dolor al que te he guiado, acercarme a ti desnudo, sin nada, como soy ahora, postrarme a tus pies, levantar la mirada, ser sincero, enseñarte mi ser, mi verdadero ser, y pedirte que seas conmigo, que me concedas de nuevo la felicidad de ser junto a ti, quien deseo ser.

mio

Quiero, deseo, preguntarte tantas cosas… quiero, deseo, conocer tu interior, todo tu interior, compartir contigo mi miedo y tu miedo, hacerlos uno, diluirlos y fundirlos, hasta que nada sean, por nuestra voluntad, por tu amor, por mi amor. Quiero que me sientas, que vuelvas a tener lo bueno de mi, que me ayudes a mitigar mis defectos, como soy, quererte como eres, tu.

Una vez más abriste la puerta, y yo ciego de mí, no era yo, no vi la mano que me tendías, y pasé de largo.


¿Abrirás tu puerta una vez más?.
No sé si estoy preparado para tu respuesta.
O si.
Si. Estoy preparado.
O no.
No importa.
Lo demás es vano.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Septiembre

Septiembre siempre tuvo algo especial para mi. Todos los años de mi vida o casi todos, en Septiembre siempre hay algo que definitivamente me afecta, y llevo unos días pensando en ello, siete para ser exactos. Puede ser el clima... las temperaturas que bajan suavemente por las noches, esas mañanas frescas en que al abrir la ventana parece que el invierno esté ahí, llamando con esa brisa afilada, esos atardeceres aún cálidos en que busco el rinconcito por el que se cuela el sol. Puede ser... pensando, pensando, reconozco ser un ser, valga la redundancia, de invierno, de frío, quizá porque en la cama calentito se está tan bien, quizá porque el frío invita al piel con piel, a la búsqueda de ese calor que solo un cuerpo puede dar. Calor físico si, treinta y siete grados abrazándote son una sensación realmente placentera cuando es plácidamente real, más otro tipo de calor no físico, mas pasional, visceral, el calor primitivo que despiden esos cuerpos. Desnudos, juntos, fundidos por el mismo calor que generan, en uno solo, deseoso de ser inseparable.

Mi Septiembre no tiene color, nunca lo ha tenido, a diferencia del resto del año, nunca es gris, ni azul, ni nada, es Septiembre. Siempre he sentido que Septiembre es el momento del año en que algo dentro de mi cambia, o no, pero siempre es como un punto de partida, un cero en la escala, el primer paso de algo, del resto, de lo que vendrá. Quizá tendría sentido para mi celebrar el fin de año el último día de Agosto, y recibir el nuevo año cuando de verdad empieza para mi. Cuarenta y una veces me ha sucedido lo mismo, Septiembre siempre trae cambios, siempre tiene algo nuevo, y si no, lo imagino, o lo invento, o lo deseo. Septiembre es un deseo, si.

Como dice la canción, incluso un ángel puede acabar cayendo, pero no llores por arrastrarte, empieza otra vez, es una hermosa mañana para...

Desear.


Well they said it was time for changing
rise and shine everybody's making it, but you.
And they told you to trust your dreaming
but it's hard to believe a feeling
that you just don't know.

You've been trying to walk on water
in the end everybody walked all over you
Now you don't like the sight of mirrors
cause you're scared that the face
you'll see, will look just like before.

All I want is you,
let me take you back,
where you once belonged,
All I want is you,
it will be alright if you come along,
you were never gone.

Even an angel can end up falling
don't you cry because you're crawling
start again, it's a beautiful morning
for satellites.

jueves, 6 de septiembre de 2012