Déjate llevar, entra en la habitación, siéntate al borde de la cama y deja que te descalce. Deja que tus cansados pies reciban un suave masaje, que continúe por las pantorrillas hasta las rodillas. Deja que prepare el baño con esas sales que tanto te gustan, aromas de cera ardiente en el aire y azahar fresco. Permite que te desvele los encantos de tu cuerpo desnudo y de mi mano, entra en el baño de dioses que te espera. Relájate, descansa, disfruta de los aromas a tu alrededor. Luces fuera. Tu libro nuevo, un cigarrillo. Deja que vea como tus dulces labios exhalan insinuantes volutas de humo de tabaco, yo cuidare de las cenizas. Cuando te canses de leer, te espera la esponjosa calidez de la espuma recorriendo tu cuerpo, suave, casi cremosa, resbalando por tu espalda, tus brazos, tus pechos. Tu cuerpo será la estatua que cuidadosamente puliré hasta dejarla perfecta, digna de ti, Diosa.
Sal, despacio, no hay prisa. Déjate envolver por la fragante calidez de la toalla en mis manos, caricias sobre caricias. Coge mi mano, ven, de nuevo acomódate entre los cojines. Deja que termine de pulir ese precioso cuerpo, deseoso de ser venerado, deja que brille en todo su esplendor en un baño de aceite de almendras. Inúndate del frescor de tu propio cuerpo, deja que tu mente se relaje y descansada disfruta de ti. Siéntete Diosa, mujer dueña de su destino y vida, dueña de todo. El mundo esta ahí para ti, solo tienes que cogerlo, lo que quieras, como quieras, cuando quieras, donde quieras.
No hay collares, no hay accesorios. Nada de eso necesitas. Solo tu, tu expresión es tu deseo, y tu deseo es tu realidad. Al instante. Ese es tu poder, disfrútalo, no, mejor aún, vívelo. Siéntete viva, llena, completa. Abrázate, quiérete, deséate. Y serás abrazada, querida, deseada. No necesitarás nada nunca, nada, solo tu. Pero eso ya lo sabes. Por eso eres Diosa, eres ego, eres tu.
Deja que tus pensamientos vaguen por los oscuros rincones del pasado, baja, baja más, de nuevo al abismo, esta vez no estás sola, estás contigo, conmigo. Cierra los ojos. Lo ves, es oscuro, sin fondo, sin salida. No tiene luz, ni final, ni principio, porque no existen. Porque la luz, el final y la salida, eres tu. Y sonreirás y subirás. Y empezarás una nueva escalera, de peldaños anchos de alabastro negro y pasamanos tallado de imágenes de tus momentos. Y subirás, alto, muy alto, tan alto como quieras llegar.
Y sonreirás, tenderás los brazos y sonreirás, dejarás que te estreche entre mis brazos, que nuestros cuerpos se entrelacen en uno solo. Y ya nada será igual, porque seremos otra cosa más hermosa como dice la canción.
¿Te ha gustado?. Sabes que solo es el principio.
Sal, despacio, no hay prisa. Déjate envolver por la fragante calidez de la toalla en mis manos, caricias sobre caricias. Coge mi mano, ven, de nuevo acomódate entre los cojines. Deja que termine de pulir ese precioso cuerpo, deseoso de ser venerado, deja que brille en todo su esplendor en un baño de aceite de almendras. Inúndate del frescor de tu propio cuerpo, deja que tu mente se relaje y descansada disfruta de ti. Siéntete Diosa, mujer dueña de su destino y vida, dueña de todo. El mundo esta ahí para ti, solo tienes que cogerlo, lo que quieras, como quieras, cuando quieras, donde quieras.
No hay collares, no hay accesorios. Nada de eso necesitas. Solo tu, tu expresión es tu deseo, y tu deseo es tu realidad. Al instante. Ese es tu poder, disfrútalo, no, mejor aún, vívelo. Siéntete viva, llena, completa. Abrázate, quiérete, deséate. Y serás abrazada, querida, deseada. No necesitarás nada nunca, nada, solo tu. Pero eso ya lo sabes. Por eso eres Diosa, eres ego, eres tu.
Deja que tus pensamientos vaguen por los oscuros rincones del pasado, baja, baja más, de nuevo al abismo, esta vez no estás sola, estás contigo, conmigo. Cierra los ojos. Lo ves, es oscuro, sin fondo, sin salida. No tiene luz, ni final, ni principio, porque no existen. Porque la luz, el final y la salida, eres tu. Y sonreirás y subirás. Y empezarás una nueva escalera, de peldaños anchos de alabastro negro y pasamanos tallado de imágenes de tus momentos. Y subirás, alto, muy alto, tan alto como quieras llegar.
Y sonreirás, tenderás los brazos y sonreirás, dejarás que te estreche entre mis brazos, que nuestros cuerpos se entrelacen en uno solo. Y ya nada será igual, porque seremos otra cosa más hermosa como dice la canción.
¿Te ha gustado?. Sabes que solo es el principio.