domingo, 14 de febrero de 2010

De chuchos, hadas y tigres




Esto no es serio.


Todo empezó siéndolo, como suele ocurrir, quizá demasiado serio, pero la situación lo requería. Eso si, fue un error escoger ese día precisamente para ello. Pero todo tiene que empezar algún día, en eso no hay discusión posible, si es que se pretende llegar a algo. Unas afirmaciones, una regla, preguntas importantes buscando respuestas seguras. Un regalo simbólico, de incalculable valor. En la superficie una puñalada al corazón, o quizá a la razón; en el fondo, una puerta abierta, un atisbo de luz en un largo tunel que ya se hace demasiado largo de recorrer.


Basta. Demasiado serio. Hemos terminado. Relájate y hablemos.
De tí, de mi,
de todo y nada,
de tus caminos y mis cruces,
de tus desvelos y mis sueños,
de tus inquietudes y mis inseguridades,
de tu valor y mi cobardía,
de tu dolor y mi miedo,
de tus decepciones y mis fracasos,
de tus sentimientos, los míos,
de tí, de mi.


Oigo un perro gemir, en la oscuridad de mi cabeza lo oigo, gime y aulla de dolor y placer. Quien crea que no es posible tener emociones, sensaciones, pensamientos contradictorios y opuestos, es que no siente, no vive, ni piensa. Malentendidos y equivocos que confunden la razón y el corazón sin motivo alguno, burlándose de los más elaborados planes y expectativas, socarrón destino de lo inesperado escapando entre tus delicadas manos como el agua de la lluvia de una noche de Febrero, sin saber como ocurrió, sin saber si empezar otra vez.

¿Te sientes mejor?, que más da eso en el fondo. Equivocamos el momento por varias razones, pero no vamos a empujar más adentro el puñal, no, lo retiramos y lamemos las heridas, con suavidad y confianza, sabiendo que no quedarán cicatrices imposibles de borrar. Porque todo se borra si se quiere borrar, si tu lo quieres borrar, y quieres. Porque amas. Porque como dijo una mujer una vez, al fin y al cabo, mañana será otro día.

Te quiero por eso
y por muchas cosas más.


Y de repente un felino cruza tu campo de visión, y es entoces cuando ya nada es serio. Te ries y nos relajamos. Me abrazas, te abrazo. Unas pinzas con corazones quedan como testimonio final de una noche intensa en emociones y sentimientos, malos entendidos y caminos súbitamente interrumpidos sin motivo. Y volvemos a reirnos, y nos dejamos caer en nuestros miedos y dudas, suavemente, dejando que nos arropen, porque no nos hacen daño cuando estamos juntos. Solo están ahí y nos miran, y se preguntan si volverán.

Pero lo que viene es un precioso gato. El año del tigre que hoy empieza. Ese es el año señalado y hoy vuelves a empezar tu camino, ni el mismo, ni distinto, solo tu camino, tuyo. ¿querrás que te acompañe o preferirás ir sola?. Yo deseo ir contigo.

Preguntas




¿Quién eres?

¿Qué haces aquí?

¿Porqué estas aquí?

¿Qué buscas?

¿Que ofreces?



¿Cómo se empieza de nuevo?


Preguntas aparentemente simples. ¿Alguien es capaz de estar seguro de sus respuestas?. Piensalo bien, tómate el tiempo que necesites y piensalo detenidamente, no valen medias tintas, las respuestas tienen que ser claras. Necesariamente.
...
Ocurre que muchas veces preguntamos por preguntar, y contestamos cosas que no pensamos ni sentimos. Preguntas de las que conoces las respuestas, o preguntas que simplemente no tienen respuesta porque tu ya tienes la respuesta y solo quieres oirlo de otros labios. Respuestas que fluyen como el agua, sinceras y claras, o respuestas mediatizadas consciente o inconscientemente por tu mente para satisfacer, para contentar. Donde está esa separación entre realidad e ilusión, quién decide hasta que punto buscas una respuesta o si ésta es verdaderamente real.
Preguntas retóricas, preguntas infantiles, preguntas triviales, preguntas profundas, preguntas.
Respuestas banales, respuestas mesuradas, respuestas mecánicas, respuestas sinceras, respuestas.
Por cierto, ¿alguien quiere preguntar algo?.
Yo, contesto.