
¿Qué deseas?
¿Qué necesitas?
¿Puedo ser yo quien cumpla tus deseos?
¿Qué tendría que ocurrir para que aceptaras tener a un perro como yo?
Preguntas, muchas preguntas sin respuesta. Tus labios están sellados, de ellos solo la sale una respuesta, desconfianza. Me pregunto cómo podría recuperar esa confianza. Han pasado muchas cosas, muchos días. Puede que sea en los momentos más bajos, cuando no hay nada que perder, cuando poco queda de lo que un día fue, puede que haya llegado el momento verdadero en que sea capaz de aceptar cualquier condición. Será que hasta que no llegas al límite, al borde del abismo como tanto te gusta decir a ti, no te das cuenta de lo que hay arriba, solo miras abajo y cualquier cosa es buena, cualquier condición es aceptable, incluso deseada. Una palabra, una mano, un gesto, cualquier cosa que te diga que hay algo más allá, que esta habitación oscura sin puertas tiene una salida. Tú tienes la llave, y yo deseo salir. Deseo salir de mi nada indefinida y ser contigo, entrar en tu casa, ser para ti.
Estoy preparado.
Sin condiciones.
Solamente una condición. Que no haya condiciones, y si las hay, seas tú quien las ponga.
Una vez te oí decir que eras nueva, pero ya no lo eres, has abierto los ojos, has visto la decepción de la traición. Y ahora mientras miras a tu abismo particular, debes saber que yo estoy aquí contigo, e iré contigo allá abajo, y por muy profundo que sea volverás a subir. Como tus águilas que se elevan en el cielo azul de tus montañas hasta perderse entre el espacio entre las nubes y el sol. Ascenderás a tu lugar, donde siempre debiste estar como la diosa que eres, y desde donde mi egoísmo y tu confianza te arrastraron a una caída reveladora. Tantas son las cosas que has aprendido y yo contigo. Puede que tanta belleza, tanto amor, tanta pasión, haya sido imposible de creer para mí, no puede ser todo tan perfecto, o sí.
Sí, ahora estoy listo. Entrega, ya no significa nada para mí, es sólo una palabra vacía igual que lo es para ti conmigo, y es difícil creer en las palabras vacías de contenido. Ahora inventemos una palabra nueva, una que tenga contenido verdadero, que signifique todo lo que somos, si quieres que seamos, y que llegue por fin a ti. Que sea parte de tu esencia y de la mía, y que esas esencias fluyan juntas como un torrente desbocado, rugiendo al bajar por montañas de pasión, cabalgado las afiladas rocas de la dificultad, y que corran juntas hacia tus deseos que serán los míos, pues seremos una sola cosa, como dice la canción.
En la oscuridad sólo puede entrar la luz.
En el engaño sólo la confianza.
En la indiferencia sólo el deseo.
En mí sólo puedes estar Tú.
La lección primera lección está aprendida.
¿Querrás enseñarme la segunda lección?
Condiciones.
Esperaré.