El tiempo pasa volando, parece que fue ayer, y si, fue ayer.
Recuperar tantas sensaciones en pocos días es difícil, pero cuando siempre han
estado ahí, solo es cuestión de rascar un poco, de sentir un beso, una caricia,
un fustazo, otra vez, para que todo vuelva con una intensidad arrolladora. Como
explicarlo, imposible, hay que sentirlo. Palabras dulces y sinceras susurradas
al oído, labios apasionados recorriendo la piel, sexo salvaje a media tarde,
sensaciones, sentimientos que no se explican con palabras.
Días extraños estos, en que lo que deseas no casa con la
realidad, es incompatible, no tiene cabida en esta realidad. Y sin embargo… no
dejas de intentarlo, de perseguirlo como perro hambriento, deseando beber de
ti, saciarme en tu femineidad, sentir de nuevo los sentidos alerta una vez mas.
Placer, dolor, seguridad, miedo, todo junto y separado, mezclado en el
torbellino de tus deseos, de tus placeres, de tus inquietudes.
Ella… es. Por fin, después de tanto tiempo, Ella es. Siempre
fue, siempre estuvo ahí, siempre has estado ahí, de mil maneras, cambiante como
la luna, a ratos maravillosamente brillante y arrolladoramente adorable, a
ratos oscura en tus pensamientos, perdida entre mil encrucijadas. Pero siempre ahí.
Esperando, alerta tus sentidos de cazadora, perdiendo las noches, ganando
sentimientos. Nunca me he sentido tan cerca, y nunca tan lejos. El tiempo pasa
volando si, y vuelve lleno de mil experiencias diferentes, privadas, algunas
inconfesables, otras dolorosas, las mas agradables. Tanto has ganado, que a veces
te miro y no te conozco, y me encanta. Es un placer, un reto, una aventura
apasionante, confiado y temeroso me acerco a ti, ahora, como soy, puliéndome con
tu ayuda, nutriéndome de ti, me sumerjo en tus deseos y buceo hasta el fondo de
nuestros corazones, para encontrarte, para conocerte, para respirarte
nuevamente.
Eres aire, puro, fresco, limpio, en mi gris vida sin ti, tu
sacas lo mejor de mi, lo peor también, y con mano dulce, lo embridas y cabalgas
en tus deseos mas ocultos, buscando los placeres secretos que solo tu conoces,
y me buscas, y me encuentras, y me tienes, a tu lado, junto a ti, a tus pies, a
los pies de tus deseos.
“Quiereme como si me odiaras”. Me gusta esa frase.
Aunque no venga a cuento. Es como si la pudiera escuchar de tus labios, y la
siento, la deseo, deseo amarte, tanto como te odie por un segundo. Ya no hay
espejos rotos, ya no hay espejos. Ahora estoy aquí, ahora estas ahí, ahora
estamos los dos. Nada se interpone entre nosotros, solo… nosotros.
Eres… tu. Me pides que escriba sobre ti… no consigo
centrarme… porque tu eres mi centro. Estas ahí, siempre, en todo lo que hago,
en todo lo que pienso, acertada o equivocadamente, no creo que tenga
importancia, porque al final se trata de ti, siempre de ti. No. No es ego. Es
deseo, es amor, es… quererte. Tan difícil de explicar, tan sencillo de sentir.
Me has devuelto tantas cosas en tan pocas horas que no tengo palabras para agradecértelo.
Podría seguir escribiendo día y noche sobre ti… son tantas las cosas que tengo
que decir… simplemente unas palabras sobre ti he dejado aquí. Termino esta
breve introducción con estas palabras.
Sabes que soy tuyo. Sabes que te pertenezco. Sabes que mi
vida esta dirigida hacia ti. Porque yo así lo he elegido. Porque tu en su día
así me aceptaste. Si no fuera así, sería otra persona. Pero es así y soy tuyo,
por mi elección, por tu elección. Gracias. Y sabes también que tus deseos son
mis deseos, que estoy deseando complacerte, como sea, cuando sea, donde sea,
porque me debo a ti y a nadie mas. Esa es mi esencia, ese soy yo. Ese quiero
ser yo, me falta lo que solo tu puedes darme en tu amor y generosidad… yo no
puedo pedirlo, tendrás que ser tu quien me lo dé.
mio…
mio de… ¿Leo?
Ese deseo es mio, la decisión siempre es tuya.